Machu Picchu bocetos

¿Quién no se siente atraída/o por las maravillas de la ciudad, el santuario más famoso del mundo?

No recuerdo cuántas veces he ido a visitarlo. Llevada por el afán de conocerlo primero y luego con el fin de energizar mi Ser, sentir su fuerza y magia. Vivir la experiencia una y otra vez te recarga para volver a empezar. Dicen que hay una antes y un después cuando vas a la ciudad sagrada de Machu Picchu, un centro ceremonial ocupado por jóvenes sacerdotisas y el Inca, arriba del Valle de Urubamba a 2,453 m.s.n.m. 

Estos bocetos realizados con grafito sobre papel de algodón de la ciudad de Machu Picchu y también de la ciudadela de Sacsayhuamán, allá por el año 2004, formaron parte de scketchs que más tarde se convirtieron en pinturas de acrílico con arena, dándoles una textura casi realista a las piedras gigantescas de sus muros (la piedra es un símbolo universal de lo eterno). 

Lamentablemente no tengo las fotos de los cuadros, que felizmente, están en manos de coleccionistas amantes también de la historia ancestral de nuestra cultura (en esta época no estábamos tan al pendiente de retratar todo lo que uno hacía o veía). 

Recuerdo también que llevé tres de estos cuadros a una exposición colectiva en Buenos Aires, en la que participé a finales de ese mismo año, y fue bonito saber que los espectadores reconocían las imágenes incas de nuestro querido Perú, emocionándose al verlas.

Me llena de alegría rememorar todo el proceso que llevó realizar estos cuadros, desde el diseño de los bocetos, plasmarlos en los lienzos y presentarlos en una exposición de arte.

Gracias Cusco, gracias Machu Picchu y gracias Sacsayhuamán, Patrimonios Mundiales de la Humanidad.